lunes, 28 de enero de 2008

Fluyendo.... (asi toy yo)



FLUYE

“Experiencia óptima”, ¿La has sentido? El galerista sostiene con una mano el timón y con la otra administra para dirigir la vela. Con éxito las olas, mientras siente que el viento fresco le peina el cabello y le recorre todo el cuerpo. Veleta, mástiles y el murmullo del mar vibran armoniosamente en las venas del marinero. El tiempo pasa imperceptiblemente, pareciera que se detiene y nada más es mas importante para él en ese instante.

Como el galerista, cada uno de nosotros podemos vivir, si concientizamos esos momentos en donde una sensación de gozo, plenitud, y bienestar nos invade. Instantes mágicos en lo que nos sentimos dueños de nuestro destino y en control de lo que hacemos. Y atesoramos la experiencia en la memoria como punto de referencia de lo que debe ser la vida.

El pintor siente cuando ve, con asombro, los colores que el lienzo comienzan a aliarse entre sí para darle forma a “algo” nuevo. Una experiencia óptima es, también, lo que siente un papá cuando su hijo le devuelve una sonrisa por primera vez, o ve con asómbro como se ánima a dar su primeros pasos solo. Son instantes que valen oro y no los cambiamos por nada en el mundo.

Estos sucesos ocurren siempre y no sólo, como solemos pensar, cuando las condiciones externas son inmejorables. Personas como Victor Frankl, que sabemos que vivió en un campo de concentración, o quienes han pasado por peligro físicos casi fatales, recuerdan haber experimentado verdaderas epifanías en medio del suplicio, como respuesta a cosas tan sencillas como escuchar el canto del pájaro en el bosque, terminar una difícil tarea, ver el sol ponerse en las montañas o compartir el último pedazo de pan con el amigo.

¿CÓMO SE SIENTE?

Los mejores instantes suelen darse cuando voluntariamente estiramos, hasta el máximo de nuestros límites, las habilidades del cuerpo o la mente en un esfuerzo para lograr algo, o cuando haces lo que más te gusta y lo disfrutas.



Mihaly Csikszentmihalyi, Director del Departamento de Psicología en la Universidad de Chicago, es quien da nombre y forma a esto que el hombre ha sentido y vivido desde que es hombre. A esta experiencia óptima, él la llama Flow o fluir. En sus investigaciones para tratar de definir cómo se siente una persona en la plenitud y el por qué del gozo, entrevistó a cientos de “expertos”, aristas, atletas, escritores, músicos y cirujanos, que invertían su tiempo realizando aquello que más les gustaba.

En sus descripciones, todos usaban términos como: flotar, aire, agua, espacio, diluirse, fundirse con, o en algo. Los estudios continuaron y tanto hombre como mujeres, jóvenes o adultos, sin importar diferencias culturales o socioeconómicas, utilizaban esencialmente las mismas palabras. De ahí acuñó el término de fluir.

Mihaly afirma que la felicidad no es algo que sucede así nada más. No es el resultado de tener buena suerte. No es algo que el dinero pueda comprar o que pueda controlar el poder. Tampoco depende de hechos externos, sino de “como” los interpretamos y valoremos.

La felicidad es una condición para la que tenemos que prepararnos; debemos cultivarla y definirla en forma individual. ¿Qué es lo que más disfrutas hacer en la vida? ¿En que momento siento que fluyo? Las personas que se vuelven consientes de sus experiencias internas, podrán determinar la calidad de sus vida, que es lo más cercano a estar felices. Así que esta experiencia óptima es algo que tu puedes “hacer” que suceda. Esta en tus manos.

Para un niños puede colocar, con su mano temblorosa, el último cubo de la torre más alta que ha construido, para un nadador superare su propio récord, para un violinista dominar su difícil pasaje musical. En cada uno de nosotros, ha muchas oportunidades de reto y crecimiento que nos acercan a la felicidad.

Lograr el control de nuestra vida no es fácil, incluso puede ser doloroso. Las experiencias no son necesariamente placenteras en el momento en que ocurren. Quizá el nadador se mareó e y lograr su meta hizo que viviera los mejores momentos de su vida.
Paradójicamente, en los periodos de lucha es donde podemos encontrar esa “experiencia óptima” y la mayor satisfacción. Y una vez que hemos probado este gozo, seremos capaces de redoblar los esfuerzos para volver a saborearlo. Cuando te haces consciente de este “fluir”, provoca que disfrutes con mayor intensidad cada minuto. Ese esfuerzo construye la confianza que necesitas para desarrollar las habilidades que contribuirán a tu mejoramiento y al de la especia humana.

Una vez que nos hacemos conscientes del momento, del ahora, entendemos cómo trabajar el “fluir”, lo podemos poner en práctica para transformar nuestras vidas, que de otra manera se desperdician en el aburrimiento, el tedio y la queja. Entonces, estarás de acuerdo conmigo que vale la pena esforzarse y encontrar el tiempo para fluir.

Si les interesa comprar del libro de la escritora, vienen temas muy interesantes.

BIBLIOGRAFÍA:
EL NUEVO BESTESELLER DE
GABY VARGAS

“COMUNICATE, CAUTIVA Y CONVENCE”
editorial: Aguilar

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